lunes, 8 de marzo de 2010

Un maridaje que debe ser perfecto


Una buena mesa no se concibe sin un juego de copas que al menos tenga una para vino y otra para agua. A la hora de comer, ¿es importante considerar la calidad del agua? Sin duda. A nadie le agrada tomar agua con sabor a cloro. Una mala copa de agua puede arruinar la experiencia de cata de un buen vino.

También conviene que el agua que se bebe con el vino esté embotellada en un envase de vidrio, no de plástico.

Sin ser extremistas, vale la pena tener en cuenta tres consideraciones expuestas por el gran especialista francés André Dominé:

1. Un agua rica en minerales remarca los taninos y la acidez en el vino; lo mismo sucede con un agua que contenga demasiado gas.

2. El agua blanda o básica suaviza los taninos y la impresión de la acidez, aunque también puede opacar los aromas.

3. En conclusión, lo mejor para acompañar al vino es un agua neutra ya que ésta permitirá que el vino luzca sus particularidades.

Mario Celotti, presidente de la Asociación Internacional de Catadores de Agua Mineral, dijo que "se puede vivir sin vino, pero no se puede vivir sin agua", cosa que los enófilos más fanáticos desmienten. Para ellos, el agua es más peligrosa que el vino porque nadie se muere si deja de tomar un buen tinto, mientras que si uno deja de beber agua...

Fuente: lanacion.com

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