sábado, 13 de marzo de 2010

Ruta del Vino: Tradicion y modernidad

Pionera de nuestra vitivinicultura, Trapiche sustenta su éxito en una historia llena de gloria y apuesta al futuro, con un equipo de profesionales altamente capacitado. ¡Qué buena experiencia la de Trapiche! Cuánta calidad, cuánta pasión y calidez humana. Da gusto cuando las cosas salen a la perfección, sin baches ni improvisaciones. Inmersa en el corazón de Coquimbito, Maipú, la bodega es sinónimo de excelencia, savoir faire, tradición, esfuerzo, innovación y reflejo de una Argentina con empuje, llena de esperanzas. Su historia centenaria se combina a la perfección con las nuevas tecnologías y la apuesta audaz a la biodinamia, para lograr el equilibrio del ecosistema.

En el lejano 1912, Don Ángel Cavagnaro soñó con una bodega modelo. Hoy, ese anhelo es una realidad que crece día a día con el Grupo Peñaflor. De su mano, en noviembre de 2008 se restauró la antigua bodega lindera a las vías del tren que unía Buenos Aires con Mendoza. Todo un símbolo de la inmigración europea en la Argentina. Esa gente que llegaba a las pampas desde Italia y España en busca de prosperidad, paz y trabajo. Por eso, entrar a esta bodega que estuvo 40 años abandonada es emocionarse y meterse en el túnel del tiempo. El ladrillo a la vista, el estilo art-decó del ‘900, las viejas piletas y prensas de principio del siglo XX… En fin, se trata de una gran historia escrita -entre otros- por apellidos ilustres como Rutini y Graffigna. Pero, como se explicaba en párrafos anteriores, Trapiche también es presente y, sobre todo, futuro. La bodega restaurada está equipada con tanques de última tecnología, microcine para 27 personas, museo, sala de expedición y una modernísima playa de recepción, molienda y mercado.

Y lo que más llama la atención es la nueva Sala Prestigio, debajo de una pirámide que rinde homenaje a su homónima fastuosa del Louvre. Se trata una exclusiva y moderna sala de degustación, con el halo de luz necesario para ver las características organolépticas de los vinos. Ya en el viñedo, hay 5 hectáreas experimentales de Malbec que siguen el proceso de la Biodinamia. Es algo que la bodega todavía está probando. Implica un aprendizaje y asesoramiento constante de expertos en la materia. ¿Qué vinos se esperan? Ecológicos y amigables con el medio ambiente. La otra gran novedad en el terroir es la Estación Meteorológica, que cumple múltiples funciones: mide la velocidad del viento, la luz solar e informa las 24 horas, por la web, la evolución de los viñedos (humedad, evaporación de agua, vigor de la planta y stress hídrico). Es preciso mencionar la presencia de lavandas (pesticidas naturales) y rosas (previenen enfermedades criptogámicas) entre las vides. ¡Un lujo para nuestra vitivinicultura!

Conductor de primera
El alma mater y líder espiritual de Trapiche es el enólogo Daniel Pi. ¿Qué se puede decir de él? Mucho. Que es uno de los más grandes talentos que dio el país, que es un orgullo que trabaje en Mendoza, que su mera presencia transmite paz, que posee un sinfín de conocimientos sobre el vino, que está presente en cada uno de los detalles de Trapiche. Estudioso y obsesivo, un profesional que se capacita permanentemente a través de viajes por el mundo, que le permiten recorrer las principales ferias y realizar cursos de especialización relacionados con las universidades de California (Davis) y Washington (Posser).

“Nunca me quedo quieto, porque en el mundo del vino no existe un techo que ponga el límite. Mi intención es ir por más, adquirir nuevos conocimientos, saber qué técnicas me permitirán obtener un producto de excelencia y estar preparado para innovar. También considero vital el intercambio técnico con profesionales de aquí y otros países y poder rodearme de un equipo de gente apasionada”, explica.
En este último punto radica el secreto del éxito de Trapiche. Daniel Pi logró conformar un grupo humano muy talentoso y que da todo de sí para que el nombre de la bodega siga flameando desde lo más alto. Entre los nombres de mayor confianza aparecen Marcelo Belmonte (ingeniero agrónomo) y Tomás Hughes (enólogo), dos buenos tipos que dejan la vida en los viñedos y los tanques de fermentación. “En la bodega todos probamos, experimentamos, opinamos, intercambiamos puntos de vista y proponemos las mejores decisiones en pos de obtener productos únicos e irrepetibles tanto en el mercado local como internacional”, indica Pi.

Otro de los personajes entrañables de Trapiche es Gastón Ré. Mendocino de pura cepa, es el responsable del área de turismo. Amable, simple y bonachón, se encarga de las visitas de guiadas y de hacerle pasar al público un momento ameno, con buenos vinos. “Me gusta lo que hago porque estoy en permanente contacto con gente que ama el turismo enológico y siempre busca saber más sobre este fascinante mundo. Lo bueno es que también hablo de la querida provincia de Mendoza, que atrapa al turista extranjero, a primera vista, desde que arriba al aeropuerto”, dice, feliz, Ré.

Viñedos y productos
Los números de Trapiche son asombrosos, acordes con el nivel de exigencia del equipo profesional. La estadística indica que la bodega tiene un total de 1255 hectáreas de plantaciones propias y, además, trabaja en conjunto con más de 300 productores de distintos lugares de Mendoza. Los viñedos están distribuidos en 10 fincas, en áreas que van de los 630 msnm a los 1000 msnm, ubicadas en Cruz de Piedra, Russell y Coquimbito (Maipú); Ugarteche y Alto Agrelo (Luján de Cuyo); Santa Rosa y Alto Verde (Zona Este); Altamira (San Carlos) y Los Árboles (Tunuyán). “La enorme superficie de viñedos que tenemos nos permite lograr vinos con características muy especiales, que salen de terroirs bien diferentes entre sí. Bajo el lema riqueza de la diversidad, tratamos de diferenciarnos de los demás”, resalta Pi. Lo cierto es que el portfolio de productos de Trapiche se adapta a los diferentes tipos de consumidores.

Hay blancos ligeros, con madera, secos, dulces, frescos y frutados; tintos frutados, con madera, más complejos, de guarda y espumantes burbujeantes para el paladar. En la nueva bodega se elaboran los vinos de alta gama: las líneas Fond de Cave, Colección Roble, Ciento Veinte Años, Medalla, Gran Medalla, Iscay y Trapiche Malbec Single Vineyard, vinos que reciben un cuidado especial desde el viñedo mismo. CUISINE&VINS tuvo el privilegio de probar, en exclusiva, tres Single Vineyard Malbec fascinantes: Viña Eleodoro Aciar 2005, Viña Francisco Olivé 2005 y Viña Fausto Orellana 2005.

¿Cuál es el concepto? Mostrar un perfil distinto en cada uno de los viñedos. Un Malbec se da de diferentes maneras, según el terroir. Estos tres vinos muestran las diferencias que existen en nariz, estructura, volumen y acidez”, aclara Pi.

En materia de exportaciones, Trapiche también fue pionera. El dato a tener en cuenta es que a fines del siglo XIX recibió, en París, el primer reconocimiento internacional. Algo impensado en la Argentina de aquella época. En 1920, dos de sus marcas, Fond de Cave y Broquel, comenzaron a cautivar a los públicos más exigentes de todas las latitudes. Finalmente, en 1970 se intensificó de manera sostenida la actividad exportadora hasta la actualidad. “Es un orgullo formar parte de una bodega que desde su creación estuvo vinculada a la exportación. Pensemos que nuestro país, como marca, empezó a exportar en mayor cantidad a partir de la década de 1990”, agrega el talentoso enólogo.

Hoy, Trapiche se posicionó como la marca más exportadora de vinos finos, representando el 9% de las exportaciones argentinas, imponiéndose como el primer exportador de Malbec. ¡Salud, Trapiche! Desde estas páginas celebramos tu éxito y consolidación en el exigente mercado vitivinícola y brindamos por más años de prosperidad. Que tus vinos sigan por la senda correcta y el público reconozca el esfuerzo que hay detrás.


Destacados

  • Los números de Trapiche son asombrosos, acordes con el nivel de exigencia del equipo profesional. La estadística indica que la bodega tiene un total de 1255 hectáreas de plantaciones propias y, además, trabaja en conjunto con más de 300 productores de distintos lugares de Mendoza.
  • Trapiche fue pionera en exportación. A fines del siglo XIX recibió, en París, el primer reconocimiento internacional. Algo impensado en la Argentina de aquella época. Hoy sus vinos están en los mercados más importantes del mundo.
Fuente: Cuisine & Vins

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