jueves, 11 de marzo de 2010

La inflación en nuestra región fue de casi el 17 por ciento


El Centro de Estudios Regionales de la Universidad Fasta de Bariloche difundió los primeros datos de un nuevo informe sobre la inflación minorista correspondiente al 2009.

A la desaceleración que la economía evidenció tras el conflicto agropecuario primero, y la crisis internacional después, actuó como amortiguador de las presiones alcistas que sufrieron distintos rubros, entre ellos, el turismo y la construcción.


Una vez computado el guarismo de diciembre, 2009 concluyó para San Carlos de Bariloche el índice anual con una inflación minorista equivalente a 16,78 %. Así se deduce de un estudio realizado por el Centro de Estudios Regionales de la Universidad Fasta.

Este índice se refleja en la economía de Villa la Angostura, considerando que la mayoría de los proveedores de esta localidad son de la vecina ciudad rionegrina.

Los factores muy variados fueron gravitando a lo largo del año sobre el comportamiento de los precios al consumidor. Así, la desaceleración que la economía nacional evidenció tras el conflicto agropecuario primero, y la crisis internacional después, actuó como amortiguador de las presiones alcistas que sufrieron distintos rubros, entre ellos, el turismo y la construcción.

Sin embargo, “jugaron en contra” circunstancias tales como:

a) las subas paulatinas en el valor del dólar -que al pasar de $ 3,47 en enero a $ 3,82 en diciembre -10,09% de aumento-, afectó al costo de los productos, materias primas e insumos importados (y generó, además, un previsible reacomodamiento en el conjunto de precios nacionales);
b) la recuperación experimentada durante el segundo semestre por los valores internacionales de diversas commodities, lo cual no tardó en trasladarse al mercado interno (impacto éste que, de todos modos, se vio atenuado por las restricciones y controles que mantiene la Secretaría de Comercio);
c) la reducida producción y consecuente caída en la oferta y abastecimiento de carnes, trigo y leche, con repercusiones directas sobre el valor de otros alimentos;
d) la gradual “liberación” de algunos precios, respondiendo al insistente reclamo de sectores industriales –atendidos por el gobierno para evitar un recalentamiento del clima político-;
e) el traslado de los aumentos salariales convenidos en paritarias al costo de numerosos productos y servicios;
f) el preanunciado incremento de aranceles en la medicina prepaga y educación privada;
g) los aumentos en el transporte público, debidos al recorte progresivo de subsidios;
h) las subas en cuadros tarifarios de servicios públicos, también originadas en la reducción de subsidios;
i) alzas en el valor internacional y nacional del petróleo, con consecuentes crecimientos del precio local de los combustibles.

En suma, la convergencia de estos elementos dio "vía libre para que distintos precios minoristas fueran subiendo con el correr de los meses, a pesar del enfriamiento que en términos productivos exhibía la economía del país.

A lo ya señalado se agregó una variable macroeconómica de fuerte incidencia: el estado de las cuentas públicas nacionales y provinciales. Respecto a la administración central, mantiene su superávit. Es decir, los ingresos exceden a las erogaciones; pero lo hacen en una proporción que se va reduciendo mes a mes. Se recuerda que desde agosto del 2006 el gasto primario crece con mayor ritmo que los recursos, y de este modo pone en jaque al saldo a favor que hasta hoy existe.

Fuente: laangosturadigital.com

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