domingo, 7 de febrero de 2010

Vigorexia: la obsesión por la actividad física

Sabemos que todos los extremos son malos, inclusive cuando a la actividad física se refiere. Si bien el sedentarismo es uno de los factores de riesgo actuales más importante en cuanto a las enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, entre otras, la obsesión por la actividad física denominada vigorexia es uno de los nuevos trastornos emocionales y alimentarios. Este trastorno lo padecen más los hombres entre los 18 y 35 años, aunque también en menor medida a las mujeres. El físicoculturismo es uno de los deportes que más comúnmente se relaciona con este tipo de trastornos.

A simple vista parecería que se trata de personas realmente comprometidas con el ejercicio, sin embargo detrás de ello se encuentra una motivación poco sana: padecen de un desorden emocional que provoca que la persona se vea a si misma de manera distorsionada; ante el espejo lucen débiles y poco desarrolladas muscularmente, lo que los lleva a volverse adictos al ejercicio. Si bien no se sabe a ciencia cierta que es lo que provoca este trastorno, lo que los atrapa es tanto la imagen que les devuelve el espejo de cuerpos esculturales y los estimulantes químicos que la actividad física genera, al liberar endorfinas, que producen sensación de bienestar y de euforia y obviamente, no hay que olvidarse de mencionar a los factores socioculturales como el culto al cuerpo y los modernos cánones de belleza.

Desafortunadamente, dicho comportamiento puede traer consecuencias tanto físicas como emocionales. Demasiado ejercicio puede dañar el organismo, dañando huesos, músculos y tendones, e incluso causando alteraciones en el ciclo menstrual. En cuanto a lo emocional, sienten culpa o frustración ya que nunca piensan que han hecho lo suficiente. Lo que es aún peor su vida comienza a girar en torno al ejercicio, tornándose en la preocupación número uno, descuidando las relaciones, el trabajo, trabajo, amigos y/o estudios. Siempre viven pendientes de cuantas calorías han gastado, de cuanto tiempo han ejercitado y lo que eso les permite comer. Incluso cuando están enfermos o lesionados no pueden parar.

Consecuencias
Pueden presentar desproporción en su cuerpo ya que adquieren demasiada masa muscular respecto de su talla
Dolores de cabeza
Afecciones cardiacas
Problemas de fertilidad y/o alteraciones en el ciclo menstrual en el caso de las mujeres
Disfunción eréctil
Falta de agilidad y acortamiento de los tendones
Problemas óseos y articulares

Síntomas del sobre ejercicio
Taquicardia estando en reposo
Elevada temperatura corporal
Sensación de fatiga y cansancio
Dolores musculares y de articulación
Irritabilidad
Alteraciones en el sueño
Presentan imagen desproporcionada de si mismo, viéndose más débiles - Obsesión por lograr cuerpo musculoso
No tienen en cuenta el clima a la hora de practicar deporte ni de ninguna molesta
Se frustran o tienen sentimiento de culpa cuando no pueden realizar sus ejercicios o alguien critica dicha actividad y la conciencia con la que la practican.
Siguen una alimentación extremadamente rica en proteínas, y pobres en hidratos de carbohidratos y grasas en su afán de aumentar la masa muscular
Algunos suelen recurrir al uso de anabólicos o suplementos

Como todo trastorno emocional y alimentario, debe tratarse con un equipo multidisciplinario donde se trabaje la imagen corporal distorsionada y la autoestima así como también un nutricionista para hacer educación alimentaria. Muchas veces se requiere del uso de fármacos.

Siempre recordá que los extremos son malos, aunque es necesario que se realice ejercicio al menos 3 veces por semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Cascada Inacayal - Villa La Angostura - Patagonia Argentina