miércoles, 10 de febrero de 2010

La carne acumula aumentos de cerca de un 180% en los últimos tres años


Mientras desde el Gobierno se multiplican las voces que niegan la inflación, en una dimensión paralela a la del Instituto de Estadística y Censos (Indec) más parecida a la realidad, los precios continúan escalando. De hecho, desde 2007, la mayoría de los cortes presentaron alzas de cerca de un 180%.

En lo que va de 2010, la carne vacuna y el pollo (principal sustituto), volvieron a alejar la realidad de las amas de casa -y sorpresivamente la del líder de la CGT, el camionero Hugo Moyano-, de la del matrimonio presidencial y su círculo íntimo. Para aquellas, los precios treparon entre 25 y 40%, según el corte y el comercio.

El problema no es nuevo, pero se agudiza. En la cadena de producción y comercialización, las responsabilidades siempre apuntan al eslabón anterior. En las carnicerías, de acuerdo con un relevamiento realizado por lanacion.com por distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires donde se encontró el kilo de asado en hasta 30 pesos, se quejan de la suba de precios que les impusieron los proveedores.

El vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de Capital Federal, Alberto Williams, señaló que el año pasado los precios se mantuvieron. En cambio, estableció una diferencia entre los 14 pesos a los que se vendía el kilo de asado a fines de 2009 hasta la actualidad, cuando no se consigue a menos de 25 pesos.

Según los relatos recogidos en el recorrido, el precio de la media res se encareció en las últimas semanas por encima de los 16 pesos por kilo. En los primeros meses del año pasado, recordó Williams, se conseguía a $ 7,80. "Esa suba repercute, obviamente, en el mostrador", resumió.

Algo parecido sucedió, como consecuencia, con el cajón de pollos, que avanzó 10 pesos esta semana. El alza en el consumo de carnes blancas derivó en un traslado automático en los precios al consumidor: el kilo cuesta ahora entre 8 y 10 pesos.

Otra arista del problema es que ante la suba sostenida de precios, que no se limita a la carne, las ventas de carnes rojas están cayendo. Así lo señalaron distintos vendedores, casi como un común denominador, durante el recorrido.

Los productores.
Según la Sociedad Rural Argentina (SRA), entre diciembre de 2008 y el último mes del año pasado, "los cortes que más aumentaron al consumidor son los más restringidos para exportar, como es el caso de la paleta, el asado de tira, el osobuco, la nalga, la paleta, la carne picada, la carnaza común y el roast beef, que crecieron en sus precios alrededor del 50%".

Todo esto sucede -para agregar un condimento más al problema-, en un marco de consumo creciente: en el país, la marca por habitante llegó en 2009 a 72,5 kilos anuales. Es decir, trepó un 3%, de acuerdo con el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra) publicado recientemente.

La suba de precios tiene algunas respuestas en el inicio de la cadena productiva, donde los ganaderos lidian con las políticas oficiales que regulan la actividad. "La brecha entre el precio al consumidor y al productor ganadero se sigue profundizando, gracias a las continuas intervenciones del gobierno nacional en toda la cadena agroindustrial. En consecuencia se perjudica el consumidor al tener que pagar valores más altos por los diversos cortes de carne vacuna, mientras que el productor afrontó quebrantos y se vio obligado a liquidar parte de su stock de hembras", precisa un informe de la SRA.

Los gananderos señalaron que en 2005 un 30% sobre el total del valor pagado por el consumidor iba para el productor, mientras que en la actualidad ese margen se ha reducido al 22%. Pero los cortes mostraron importantes alzas desde entonces. ¿Quién se quedó con la diferencia? "El productor no", responden en la SRA.

En términos sencillos, la explicación del alza de los cortes de novillo radica en la falta de esos animales "debido a las continuas trabas a las exportaciones, que desincentivaron su producción", argumentan los ganaderos. Además, señalan que el estimulo al engorde a corral a través de las compensaciones permitió generar carne de manera más rápida pero no mayor oferta. El cuadro resultante es una mayor producción y exportación, pero a costa de la liquidación de vientres.

De acuerdo con los precios registrados en Liniers, en los menos de dos meses de 2010, el precio del ganado se elevó un 20%.

Menos carne en 2010, ¿un indicio de subas permanentes?

Este año, la baja del stock hará caer la oferta un 13%, a 2,7 millones de toneladas de carne, indica la SRA. La frase indica, fuera de su sentido literal, que el alza de precios no obedece a factores circunstanciales, algo que contradice a los vaticinios de Guillermo Moreno de que el valor de la carne bajará en un mes.

En sintonía con este informe, Ciccra proyecta un escenario para el sector muy diferente al de 2009: "Se producirá una contracción de la oferta de hacienda y, en consecuencia, una caída de la producción de carne vacuna. Esto provocará el resurgimiento del compromiso y de las tensiones entre consumo interno y exportación, porque los precios internos volverán a subir por encima del promedio general", se escribe en el informe publicado en los primeros días de este mes. Las subas de precios de la hacienda en pie y de la carne son indicios que dan cuenta de este diagnóstico, concluye.

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