viernes, 12 de febrero de 2010

El Calabacin o Zucchini

Folato, vitamina C, vitamina B y beta carotenos. Todo eso y más es lo que aporta el calabacín, una sabrosa verdura que, por su alto contenido en agua, tiene efectos diuréticos y apenas engorda. Todo virtudes para un alimento que admite mil formas de preparación.

Gratinado al horno, rebozado y frito, en tortilla, en crema, en guiso, de guarnición. Innumerables son las formas posibles de preparar el calabacín, una sabrosa verdura que da mucho juego entre fogones.

Y así es desde hace muchos años, porque el calabacín se viene cultivando desde la antigüedad en multitud de regiones de todo el mundo. Aunque sobre su procedencia los historiadores no parecen ponerse de acuerdo, se estima que se comenzó a cultivar en Asia, en La India, para ser más concretos. Otros sitúan su origen en América del Sur; de hecho, parece que existen pruebas de que algunas subespecies se cultivaban en México hacia el año 5.000 a de C.

Sabrosas virtudes nutritivas
No es de extrañar que se trate de una planta con tan larga tradición histórica si se tiene en cuenta que es una de las verduras con más virtudes nutritivas, algo que ya era apreciado por nuestros antepasados.

Una de las características alimenticias que lo convierten en un alimento tan recomendable es su alto contenido en vitamina C. Hasta tal punto es así que puede decirse que una porción de 100 gramos de calabacines ligeramente hervidos suministra una cuarta parte del requerimiento diario de esta fundamental fuente de vida.

Del mismo modo, son ricos en ácido fólico, tan necesario para la división celular, la formación de ADN, ARN y proteínas en el organismo. Puede decirse que 100 gramos de la alargada verdura proporcionan aproximadamente 100 mcg de esta vitamina de la que se recomienda se ingieran 400 cada día.

Betacarotenos, fibra y agua
Tampoco se pueden olvidar los necesarios betacarotenos, que el organismo transforma en vitamina A y que también son suministrados por los ricos calabacines. A todas estas propiedades nutritivas hay que añadir su alto contenido en fibra que lo convierten en un producto muy adecuado para los que padezcan del incómodo estreñimiento.

Delicioso y nutritivo, sólo se podía esperar algo más de este alimento: su bajo contenido en calorías. Apenas aporta 15 calorías por cada 100 gramos de producto. Y es que está compuesto en un 95% por agua. De ahí vienen sus propiedades diuréticas y su bajo contenido en grasas. Del mismo modo, esta es la razón por la que se recomienda consumir calabacines en la mayor parte de las dietas de adelgazamiento.

Además de estas características nutritivas, se asocia a los calabacines otras virtudes, más relacionadas con la magia. En efecto, su cultivo se relacionaba en la antigüedad con ritos de prosperidad de las cosechas.

Una especie con muchas variedades
El más común es alargado, verde por fuera y blanco por dentro, pero también los hay de piel amarilla, a rayas o jaspeada, casi siempre comestible. El calabacín es, en realidad, un tipo de calabaza, como su propio nombre indica -diminutivo de esta última-, de la familia de las cucurbitáceas.

Procede de una planta pelosa, de hojas verdes, redondeadas y lobuladas que hoy en día se cultiva en la zona mediterránea, Holanda, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Y continúa su expansión, debido a la facilidad con que florece y se desarrolla. Aunque se puede decir que prefiere los lugares soleados, aguanta temperaturas muy variadas.

Generalmente se recolectan a medio hacer, cuando su longitud se sitúa entre los 15 y los 20 cm, aunque pueden llegar a alcanzar los 40 cm de largo, 12 cm de diámetro y los 2 kilos de peso.

CALABAZA, UNA FLOR SALUDABLE
Las flores del calabacín y de la calabaza común son de las que más habitualmente se emplean en casi todas las cocinas del mundo. La forma más común de comerlas es salteadas, rebozadas y rellenas, pero también se pueden emplear para realzar el sabor de sopas y ensaladas. Originaria de América, la planta de la que procede es de la familia de las cucurbitáceas. Los indios aztecas la llamaban ayotl.

El Paraguay, por ejemplo, es muy común el Kiveve, una receta típica paraguaya elaborada a base de calabaza mezclada con aceite y leche.

En algunos países se aprovechan los frutos tiernos y los maduros, pero también las semillas y, por supuesto, las flores, que son de un color que varía entre el amarillo y el naranja. En la misma planta, crecen las masculinas y la femeninas y ambas resultan muy saludables, ya que cada 100 gramos de flor aporta 47 gramos de calcio, 86 miligramos de fósforo y 67 microgramo de retinol.

La calabaza es, junto a la zanahoria y el chayote, una de las verduras incorporadas a la dieta de los niños, una vez aceptadas las frutas.

Sin embargo, no todo iba a ser perfecto, también tiene sus inconvenientes. Su principal desventaja es que son muy delicadas y no conviene tenerlas en el frigorífico más de 24 horas. Así que si las quiere utilizar en alguna ocasión, no pierda este dato de vista.

Aunque la época de los calabacines es el verano, se pueden adquirir en cualquier estación del año. Cuando vaya a adquirirlos, trate de que sean de color verde intenso y firmes al tacto. Son mejores los pequeños porque tienen menos pepitas y su carne es más tierna. El corte del tallo ha de ser fresco y reciente. No es necesario pelarlos cuando se trata de piezas tiernas. Basta con rasparlos ligeramente y luego enjuagarlos. Es imprescindible guardarlos en un sitio fresco, el más adecuado es el verdulero de la heladera Así aguantarán bastante, aunque comenzarán a perder parte de sus propiedades a partir del cuarto día.

Recetas:

CALABACIN A LA ITALIANA

Ingredientes:
1 calabacin 250 gr. de queso para fundir en lonchas tomate frito (mejor casero) pimienta negra molida orégano harina sal

Se corta el calabacín en rodajas finas, se sazonan, se enharinan ligeramente y se fríen en aceite caliente, dejándolas después escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. En un bol, mezclar el tomate frito con la pimienta y el orégano. En una fuente de horno, se colocan los calabacines en forma de capas sucesivas, alternando una capa de calabacines, otra del tomate mezclado, y otra de queso, y así hasta la altura que se desee, terminando siempre con una capa de queso, y espolvoreando la superficie con orégano. Se mete a horno fuerte hasta que se funda el queso (aprox. 15 minutos).

CALABACINES RELLENOS

Ingredientes:
4 calabacines grandes
6 lonchas de bacón
1 cebolla
nata ó bechamel
queso rallado
Lavamos los calabacines y los cortamos por lla mitad (a lo largo). Vaciamos la carne del calabacín y seguimos sofriendo, y por último añadimos la nata o bechamel, se mezcla todo bien en la sartén. Calentamos el horno. Cubrimos las bases del calabacín con la mezcla de la sartén, espolvoreamoscon el queso rallado, horneamos hasta que la base del calabacín esté cocida.

CALABACIN EN BESAMEL

Ingredientes:
500 g. de calabacín
leche
harina
aceite o mantequilla
queso rallado
sal

Se pelan los calabacines, se cortan en taquitos y se ponen a cocer con sal. Cuando están tiernos se escurren y se reservan. Aparte se prepara una besamel clarita. Se colocan los calabacines en el fondo de cazuela o recipiente refractario.
Encima se vierte la besamel y se espolvorea con el queso rallado. Se mete al horno caliente unos pocos minutos. Es un suave y agradable primer plato.

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