El cocinero argentino Chakall, que recorrió unos 70 países conociendo y practicando sus cocinas, acaba de publicar su segundo libro, en el que rompe moldes en el siempre cambiante mundo de la gastronomía al aspirar "desmitificar" la cocina.
Chakall, nacido en el Tigre, descendiente de cinco culturas, --gallego, suizo-alemán, vascofrancés, italiano e indígena del norte de Argentina--, con restaurante en Lisboa, es de difícil encasillamiento: se presentó en un libro publicado en España como un "viajero enamorado de la cocina", pero también dice que busca "desmitificar" la cocina, hoy cargada de gurúes.
Su primer libro, "Cocina divina", publicado el año pasado en España, está teniendo éxito de ventas, pero debe su fama mundial por ganar un "Gourmand World Cookbook Awards", una espacie de "Oscars" para los mejores libros de cocina del mundo.
"Soy cocinero por accidente", sostiene este viajero incansable. "La cocina, se diga lo que se diga, no tiene ningún misterio"...El amor por la cocina "no es diferente del amor por la vida".
"Un plato que más recuerdo, con placer, fue hecho por una mujer y era un guiso de Kenia", confía Chakall, y al ser preguntado sobre su particular visión de la cocina, se acomoda e insiste: "Busco desmitificar a la cocina, que la puede hacer muy cualquiera que tenga acceso a un buen producto, tenga un buen día y naturalmente unos conocimientos básicos".
Y al referirnos a los amaneramientos de algunos grandes cocineros, seguidos por los nóveles chefs, Chakall sentencia que "a veces la perfección lleva a la estupidez".
"Una cosa es cocinar y otro es el negocio del restaurante", explica el chico rubio nacido en 1972 en medio del delta del Tigre, uno de los entornos humanos y paisajísticos de mayor belleza en los alrededores del gran Buenos Aires.
"Todos los cocineros quieren ser los mejores en todo... ser los más simpáticos, beber los mejores vinos, cocinar los platos más caros...ser reconocidos como los mejores".
"Me siento muy orgulloso de no pertenecer a ningun grupo o logia elitista que me separe de lo que es más importante, las personas para las que cocinamos", enfatizó.
"Después de viajar por cuatro continentes fui descubriendo sabores que abrieron mi mente y mi espíritu y aprendí que, al fin y al cabo, la cocina es igual en todas partes porque sirve para el mismo fin primordial, que es la supervivencia", comentó.
Chakall, que debe este mote a su íntimo amigo Pol, fallecido muy joven, también ejerció el periodismo, en el diario El Cronista Comercial de Buenos Aires.
"Aprendí algunas cosas como periodista", y recuerda que le sorprendió que famosos a los que entrevistó, como Bono, del U2, o Mick Jagger, "en ningún momento habían perdido la humildad" y que no hay porqué transformarse en un "extraterrestre" por más éxito que se tenga.
"El más vulgar de los platos probablemente tenga por detrás una buena historia", continuó, y sostuvo que "el único secreto está en la mano de cada cocinera..."
Se refiere a las mujeres, "porque son ellas las que mandan en la cocina de nuestras casas y a quien tenemos que agradecer que comemos todos los días", y es a ellas a las que les ha dedicado su segundo libro.
Fuente: clarin.com
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